No hay remedio, los años al igual que trabajar para sobrevivir son ineludibles. Ya contaba por acá el otro día que el primer cambio que noté al subirme al tercer piso fue la necesidad de usar paraguas bajo la lluvia. Pero no, antes de eso de manera insospechada otro indicio se me presentaba.
Y se presentaba justo enfrente de mí o mejor dicho pegado a mí: una incipiente pero cada vez más prominente barriga. Por supuesto que algún día la esperaba, nunca pretendí que mi estilo de vida sedentario y apacible me fuera a premiar con unos abdominales tipo modelo de Calvin Klein. El asunto es que la esperaba pero todavía no. La primera vez que lo advertí fue esta semana cuando me fui a amarrar los cordones de los zapatos. Al agacharme sentí una extraña presión justo ahí, en mi abdomen. Lo que quiero decir es que sentí algo que nunca había sentido, algo como una tensión o apretón donde nunca se había sentido nada. Con seguridad ya la barriga estaba allí solo que nunca me había detenido a pensar en eso ni a pararme al espejo a detallarla. Esa mañana lo hice y vi con todo el terror que me duele confesar una naciente barriga que espera poco a poco seguir creciendo.
Lo mejor de todo (o lo peor) es que la manera para acabar con esa desagradable señal del paso de los años está inventado. Y no me refiero a los alambres, vibradores y menjurjes que anuncian los canales de TV cable los domingos en la mañana que es como todo el mundo sabe (y que aún siguen comprando) pura y física patrañas. Para acabar con la barriga hace tiempo se inventaron los abdominales. Digo que se inventaron aunque la realidad es que estoy convencido de que los abdominales son la maldición que los dioses enviaron a los hombres castigando su autocomplacencia. No soy capaz con ellos, en mis treinta años no he hecho más de 100 (y no es exageración). Odio los abdominales, o mejor (para decirlo más poéticamente, si es que cabe la poesía acá): abomino los abdominales.
Por lo que parece claro que lo que hoy es el génesis de una barriga, esta seguirá desarrollándose gradualmente. Bueno o por lo menos hasta que se invente algo mejor.
Y se presentaba justo enfrente de mí o mejor dicho pegado a mí: una incipiente pero cada vez más prominente barriga. Por supuesto que algún día la esperaba, nunca pretendí que mi estilo de vida sedentario y apacible me fuera a premiar con unos abdominales tipo modelo de Calvin Klein. El asunto es que la esperaba pero todavía no. La primera vez que lo advertí fue esta semana cuando me fui a amarrar los cordones de los zapatos. Al agacharme sentí una extraña presión justo ahí, en mi abdomen. Lo que quiero decir es que sentí algo que nunca había sentido, algo como una tensión o apretón donde nunca se había sentido nada. Con seguridad ya la barriga estaba allí solo que nunca me había detenido a pensar en eso ni a pararme al espejo a detallarla. Esa mañana lo hice y vi con todo el terror que me duele confesar una naciente barriga que espera poco a poco seguir creciendo.
Lo mejor de todo (o lo peor) es que la manera para acabar con esa desagradable señal del paso de los años está inventado. Y no me refiero a los alambres, vibradores y menjurjes que anuncian los canales de TV cable los domingos en la mañana que es como todo el mundo sabe (y que aún siguen comprando) pura y física patrañas. Para acabar con la barriga hace tiempo se inventaron los abdominales. Digo que se inventaron aunque la realidad es que estoy convencido de que los abdominales son la maldición que los dioses enviaron a los hombres castigando su autocomplacencia. No soy capaz con ellos, en mis treinta años no he hecho más de 100 (y no es exageración). Odio los abdominales, o mejor (para decirlo más poéticamente, si es que cabe la poesía acá): abomino los abdominales.
Por lo que parece claro que lo que hoy es el génesis de una barriga, esta seguirá desarrollándose gradualmente. Bueno o por lo menos hasta que se invente algo mejor.
6 comentarios:
jajajja. Me siento muy identificado. Been there.
También odiaba los abdonimales, hasta que entré al gimnasio y empecé por las clases de stretching para recupermame de una vieja lesión. Esas clases incluyen abdominales, pero disimulados y con nombre sofisticado: Pilates.
Ahora voy a clases de Pilates al menos dos veces por semana, al igual que a dos de stretching. Y cuando la rutina lo determina hago 400 abonimables. Si, 400 diarias y por voluntad propia. Claro, ayuda que se hacen en máquinas o en AB-shaper, que es lo máximo .. uno hace 100 y ni se entera, no se sienten ... en ese momento.
Y se siente rico. Aún no son las de esos desgraciados photoshopiados y que hasta que implantes tendrán de los comerciales de Clavin Klein, pero se ha progresado .. y yo que renegaba de los gimnasios y demás y ahora no salgo de allá. Seratinina, creo.
Considere la posibilidad de meterse al gimnasio, que aún estando en el tercer piso se puede mantener a raya la incipiente barriga. Yo bajé una talla y 4 kilos en dos meses, que era lo que sobraba.
Para la barriga la receta es "fácil": baje la ingesta de carbohidratos, haga ejercicio cardiovascular al 70% de la frecuencia cardiaca máxima y haga pesitas de vez en cuando.
Hacer abdominales es perder el tiempo. Uno puede hacer 10.000 abdominales diarias, pero si no baja su porcentaje de grasa corporal, NUNCA va a ver el six pack.
Blogger se comió mi comment! En fin, va de nuevo:
Pues te felicito por haber llegado hasta el tercer piso sin barriga!! Eso me parece todo un logro.
Ahora, los abdominales son lo peor pero para qué, sí sirven. Eso sí, hay que aprenderlos a hacer y encontrar una rutina que le guste a uno. A mí lo que me sirve son las clases, porque solita me da una pereza! Aunque si es en máquinas los paso, ahora estoy utilizando una máquina de la tortura que se llama Abd Crunch, pero se siente que sirve!
Y como dice el anterior comment, hay que bajarle a ciertas comidas, aunque no creo que el ideal sea el "six pack" sino un cuerpo saludable.
Bueno pues sólo tengo 20 años, pero cuando llegue a los 30 no creo que me preocupe tanto por mi barriga, sino por mi mente, porque a donde no llegue a estar gorda de sabiduría nos e que haría.
Bacano tu blog
hahahaha, demasiado gracioso..
yo tambien tengo solo "0.
por prevenir futuras barrigas he optado por un deporte muy bacano: el Water Polo!
se lo recomiendo velvet..
saludos
Gracias por los consejos (aunque el de jugar Polo me va a quedar como complicado)
Que bueno tener lectores màs inteligentes que uno.
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