Abriendo un paréntesis a la temática general de [P3] (aunque si me lo pidieran me quedaría muy difícil decir de manera especifica sobre qué es lo que escribo en este blogcito ;-) comentaré un poco sobre el nuevo disco de uno de mis cantantes favoritos, Fito Páez.
Al mismo tiempo que escribo esta anotación escucho el nuevo cedé de Fito: “El mundo cabe en una canción” y si alguien me pregunta que tal me parece le tendría que responder con franqueza: No, no me gustó ni un poquito.
No diré que he escuchado a Fito toda la vida. La verdad lo conocí bastante tarde (al tiempo de “El amor después del amor”, pero me puse al día rápidamente ;-). Hay quien dice que este disco precisamente significa un partirse en dos de la historia musical de Fito. Esto es, Fito antes de y después de “El amor después del amor” (perdonen la inevitable redundancia). Otros más piensan que más adelante hay otro punto de quiebre cuando saca el magnifico “Naturaleza Sangre”. Sea como fuere la verdad es que el Fito actual es bien diferente al de los comienzos. Y no es que eso sea un defecto en sí mismo ya que todos esperamos que los años traigan madurez musical pero con todo respeto por los que prefieran a este último Fito debo confesar que a mí hace rato me aburrió.
No es fácil hablar mal de tus héroes y yo mismo me sorprendo de lo que estoy escribiendo, pero la verdad es que esta caída de Fito venía anticipándose hace tiempo. “Mi vida con ellas” y “Moda & Pueblo” son trabajos de relleno en los que Fito se dedica a cantar y exprimir hasta el límite sus canciones más exitosas y versiones de sus propios héroes (¿alguien ha hecho la cuenta de cuantas versiones oficiales tiene “Un vestido y un amor”?). Lo cual es válido, como no, pero poco respetuoso con el público. ¿Falta de inspiración? No sé cuál sea la razón, el asunto es que pasaron varios años hasta que Fito sacara un nuevo cedé con música nueva. Y ahora viene y presenta “El mundo cabe en una canción” ¿En una canción de él? No lo sé y quiero creer que el título sea el fruto de una desafortunada elección más que un presuntuoso mensaje de un desesperado artista que agotó sus reservas.
“El mundo cabe en una canción” es un disco fácilmente prescindible de la discografía del rosarino. Ninguna canción asombra ni melódica ni líricamente y eso ya es decir mucho hablando de Fito. El nuevo Fito olvida todas y cada una de las cosas que nos hicieron sentir y emocionar tantas veces en sus trabajos anteriores. Las transforma en canciones uniformes, planas y sin emoción. Emoción que quiere deliberadamente hacer sentir con frases como: “Y entonces vamos así en la vida / con los restos del corazón / y no queremos que se nos note / que nos falta un poquitico de amor / porque fingir ya digámoslo / aunque sea en una canción / vos ya sabés así te quiero” (Caminando por Rosario). Bueno, esa falta de inspiración se puede deber al poco tiempo que tuvo para preparar el disco, en parte por su afán de dirigir su segunda película, "¿De quién es el portaligas?". Yo a Fito le pediría de una vez que nos dijera si lo seguimos esperando o lo consideramos ya como un nuevo director de cine con una anterior carrera musical.
El nuevo disco no lo compré. Lo bajé por e-mule y no me arrepiento. Con seguridad que si me hubiera gustado lo hubiera comprado legal (ya lo he hecho antes). Pero con este Fito actual es mejor no correr riesgos.
¡Quien iba a pensar que algún día tendríamos que hacer eso!
Al mismo tiempo que escribo esta anotación escucho el nuevo cedé de Fito: “El mundo cabe en una canción” y si alguien me pregunta que tal me parece le tendría que responder con franqueza: No, no me gustó ni un poquito.
No diré que he escuchado a Fito toda la vida. La verdad lo conocí bastante tarde (al tiempo de “El amor después del amor”, pero me puse al día rápidamente ;-). Hay quien dice que este disco precisamente significa un partirse en dos de la historia musical de Fito. Esto es, Fito antes de y después de “El amor después del amor” (perdonen la inevitable redundancia). Otros más piensan que más adelante hay otro punto de quiebre cuando saca el magnifico “Naturaleza Sangre”. Sea como fuere la verdad es que el Fito actual es bien diferente al de los comienzos. Y no es que eso sea un defecto en sí mismo ya que todos esperamos que los años traigan madurez musical pero con todo respeto por los que prefieran a este último Fito debo confesar que a mí hace rato me aburrió.
No es fácil hablar mal de tus héroes y yo mismo me sorprendo de lo que estoy escribiendo, pero la verdad es que esta caída de Fito venía anticipándose hace tiempo. “Mi vida con ellas” y “Moda & Pueblo” son trabajos de relleno en los que Fito se dedica a cantar y exprimir hasta el límite sus canciones más exitosas y versiones de sus propios héroes (¿alguien ha hecho la cuenta de cuantas versiones oficiales tiene “Un vestido y un amor”?). Lo cual es válido, como no, pero poco respetuoso con el público. ¿Falta de inspiración? No sé cuál sea la razón, el asunto es que pasaron varios años hasta que Fito sacara un nuevo cedé con música nueva. Y ahora viene y presenta “El mundo cabe en una canción” ¿En una canción de él? No lo sé y quiero creer que el título sea el fruto de una desafortunada elección más que un presuntuoso mensaje de un desesperado artista que agotó sus reservas.
“El mundo cabe en una canción” es un disco fácilmente prescindible de la discografía del rosarino. Ninguna canción asombra ni melódica ni líricamente y eso ya es decir mucho hablando de Fito. El nuevo Fito olvida todas y cada una de las cosas que nos hicieron sentir y emocionar tantas veces en sus trabajos anteriores. Las transforma en canciones uniformes, planas y sin emoción. Emoción que quiere deliberadamente hacer sentir con frases como: “Y entonces vamos así en la vida / con los restos del corazón / y no queremos que se nos note / que nos falta un poquitico de amor / porque fingir ya digámoslo / aunque sea en una canción / vos ya sabés así te quiero” (Caminando por Rosario). Bueno, esa falta de inspiración se puede deber al poco tiempo que tuvo para preparar el disco, en parte por su afán de dirigir su segunda película, "¿De quién es el portaligas?". Yo a Fito le pediría de una vez que nos dijera si lo seguimos esperando o lo consideramos ya como un nuevo director de cine con una anterior carrera musical.
El nuevo disco no lo compré. Lo bajé por e-mule y no me arrepiento. Con seguridad que si me hubiera gustado lo hubiera comprado legal (ya lo he hecho antes). Pero con este Fito actual es mejor no correr riesgos.
¡Quien iba a pensar que algún día tendríamos que hacer eso!
4 comentarios:
Hombre, pues la verdad es que no leí el post sobre Fito. Te quería era decir que el post sobre las mentiras verdaderas estuvo del putas.
Muy bueno.
Lo último que compré de Fito fue "Abre". Parece que no me he perdido de mucho. Escuchpé en Tower Records el disco de Fito que reseña y lo sentí flojito. En cambio me ha capturado la quinta estación (nada que ver, lo sé)
Suele pasarle eso a los grandes que me gustan: Serrat, Silvio Rodríguez. El único que se ha reinventado bien a mi gusto es Rubén Blades así ya no haga nada parecido a lo que me sedujo de él al principio. Así ya casi no haga música sino política. Lo sigo fielmente.
Solamente he escuchado "eso que llevas ahí" del último trabajo de fito y me parecio bastante plana. No se puede juzgar todo un álbum con una canción y debo escucharlo entero pero luego de escuchar esa canción y leer lo que vos decís no tengo muchas esperanzas. ¿Qué pasó fito? ¿Necesitas plata? ¿Cuándo vamos a volver a escuchar el fito de tumbas de la gloria,11 y 6 o cadáver exquisito?
"¿Qué pasó Fito?" Esa es una muy buena pregunta. Por el momento déjemos que se dedique a su peli y a pelear con Sabina, luego esperemos que vuelva.
Gracias por la sintonía :-)
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