Lo voy a decir solo una vez. Acribíllenme en los comentarios si quieren. Tal vez lo merezca, pero voy a ser sincero y decir la verdad. Así me dé pena: Siempre que pueda hacerlo procuro no perderme “Hasta que la plata nos separe”.
Si, ya lo sé... seguramente estoy equivocado de cabo a rabo. Y acostumbrado a ver series como 24, Lost o Prison Break, confesar que me gustan las historias de Méndez y su complicado idilio con la doctora Maldonado no me llena precisamente de orgullo, a decir verdad. Pero en mi defensa déjenme escribir un par de cosas.
Uno, la novela tiene el acierto de contar con muy buenos personajes y estos a su vez estar representados con excelentes actores. Hasta el papel que pudiera parecer más insulso tiene su gracia y está representado —en mi modesto juicio— magistralmente. Diga lo que se diga de la novela, hasta ahora nadie, que yo sepa, se ha pronunciado en contra de sus actuaciones algo muy meritorio teniendo en cuenta la gran cantidad de personajes que tiene la producción. “Personajes planos” dirá algún detractor y seguramente con razón. Pero de ninguna manera insípidos y esa es precisamente una de sus fortalezas, que las historias paralelas a la de los protagonistas se dejan ver y en varios capítulos incluso resultando mejores que la principal. Los personajes, como no, son un poco caricaturas (mucho dirá otro) pero es obvio que es algo que el escritor hace deliberadamente y que a la larga es una licencia que se permite en este tipo de programas. Nunca ha pretendido ser una obra de arte, quiero decir.
Dos, la historia funciona y es creíble. Con algunas excepciones, claro está, pero comprensibles para que haya ‘historia’. La típica historia del amor imposible entre los protagonistas también acá esta presente, pero con un giro de tuerca adicional: Los protagonistas se odian abiertamente, si bien en privado ocultan un amor que no se atreven, por muchas razones, en hacer público. Ya todos sabemos como irá a terminar su romance... ¡pero cuanto no estamos divirtiendo en el proceso!
Ya está, lo dije, salió de mí. A las nueve de la noche no estoy viendo el último documental del Discovery Channel, ni el andar de la humanidad en el History, sino al humilde y sufrido vendedor de carros sufrir los ataques y las humillaciones que recibe sin piedad de su enamorada.
No sean tan severos con este humano pecador.
Si, ya lo sé... seguramente estoy equivocado de cabo a rabo. Y acostumbrado a ver series como 24, Lost o Prison Break, confesar que me gustan las historias de Méndez y su complicado idilio con la doctora Maldonado no me llena precisamente de orgullo, a decir verdad. Pero en mi defensa déjenme escribir un par de cosas.
Uno, la novela tiene el acierto de contar con muy buenos personajes y estos a su vez estar representados con excelentes actores. Hasta el papel que pudiera parecer más insulso tiene su gracia y está representado —en mi modesto juicio— magistralmente. Diga lo que se diga de la novela, hasta ahora nadie, que yo sepa, se ha pronunciado en contra de sus actuaciones algo muy meritorio teniendo en cuenta la gran cantidad de personajes que tiene la producción. “Personajes planos” dirá algún detractor y seguramente con razón. Pero de ninguna manera insípidos y esa es precisamente una de sus fortalezas, que las historias paralelas a la de los protagonistas se dejan ver y en varios capítulos incluso resultando mejores que la principal. Los personajes, como no, son un poco caricaturas (mucho dirá otro) pero es obvio que es algo que el escritor hace deliberadamente y que a la larga es una licencia que se permite en este tipo de programas. Nunca ha pretendido ser una obra de arte, quiero decir.
Dos, la historia funciona y es creíble. Con algunas excepciones, claro está, pero comprensibles para que haya ‘historia’. La típica historia del amor imposible entre los protagonistas también acá esta presente, pero con un giro de tuerca adicional: Los protagonistas se odian abiertamente, si bien en privado ocultan un amor que no se atreven, por muchas razones, en hacer público. Ya todos sabemos como irá a terminar su romance... ¡pero cuanto no estamos divirtiendo en el proceso!
Ya está, lo dije, salió de mí. A las nueve de la noche no estoy viendo el último documental del Discovery Channel, ni el andar de la humanidad en el History, sino al humilde y sufrido vendedor de carros sufrir los ataques y las humillaciones que recibe sin piedad de su enamorada.
No sean tan severos con este humano pecador.
10 comentarios:
Entonces ya somos dos :)
TRES!!! Yo también me lo veo y rio bastante.
Estamos claros en que la oferta televisiva aquí en Colombia es más mala que pegarle a la mamá.
Aún así, es mala cosa esta que creen muchos que se hacen llamar intelectuales. Creen que todo el mundo debería ver sólo documentales sobre cómo se moldeaba el sílex en el paleolítico medio, el aporte de Zimbabwe a la Segunda Guerra Mundial, o cualquier cosa donde un grupo de pedantes sabelotodos charlatanes hablan sobre libros y palabras que sólo ellos conocen.
No entiendo por qué debería darle a uno vergüenza decir que una novela le gusta. Si la propuesta y el elenco son excelentes, por qué no verla?
Estoy con Esteban. Me tiene jarto esa onda de intelectuales que solo ven cine arte... que si me preguntan: me parece un plan remamerto y muchas de esas películas son bastante mediocres y los que las proyectan se aprovechan del creciente pseudointelectualoide que ve todo como una "propuesta interesante". Es un negocio redondo: ni derechos deben pagar y cobran como si fuera Cinemark.
Yo de TV nacional veo el Desafío 2007, el Jugador y pare de contar. Me encantan las dos. Y qué. Y no leo literatura Inglesa del siglo XVII, ni filósofos rusos de la época volchevique antes de acostarme. Y qué.
Y luego de leerlo, mi curiosidad por ver esa novela creció. Y no, no creo que eso me haga un ser inferior. Ni a mí, ni a nadie.
No me sorprende para nada, siempre he sabido que Lince/Velvet, es RCenista.
La verdad no veo esa novela, aunque me parece buena.
Sólo veo El desafío 2007 como dice Patton, el Ventilador y Noticias de ambos canales :)
No deberías darte pena, a sabiendas que eso es lo más normal, en estás épocas de IPOD y Google.
Urra por la novelita! Estuve dos semanas en Colombia y no me la perdi ni un dia. Mi madre de conto el comienzo y hasta el final!
Estoy con patton y con velvet. No veo Hasta que la plata nos separe pero sí veo El jugador a veces. También estoy mamado de los seudointelectuales. Saludos amigo velvet.
Auque no veo casi televisión por la carga de trabajo tan HP que tengo, disfruto mucho viendo al pobre de Mendez, aunque disfruto más viendo a mi mamá que es vendedora de carros... lo que me gusta de estas novelas es que le dan una personalidad a la televisión nacional, necesitamos una personalidad frente al mundo, no intentemos copiar éxito gringos acá, como ciertos programas de los sábados en Caracol. Nuestra personalidad es como la de mendez y sus vendeores... no como la del Zorro.
Además muy buen blog, estaba de paso conociendo quién esta un piso arriba mio en Blogalaxia...
Aquí hay otro que también se la ve XDD
y eso que yo solo veo tv después de 9 pm, solo veo series bajadas de internet, 24, lost, smallville, heroes, ah y el buen anime que no puede faltar...
pero la novela desde el principio me llamó la atención y por eso me gusta verla, y echarme unas buenas carcajadas. Lo que si no soporto es ningún reality, no veo ni el jugador ni el desafio, ni todas las novelas bobas de caracol, ni siquiera las otras de rcn.
Hola VELVET:
Te cuento que me ha gustado mucho este blog y tus textos. Soy de Cali y tengo una revista de distribucion gratuita que se llama AMBAR y me gustaría mucho que pudieramos hablar porque ese tipo de artículos son los que manejamos además de otros como salud, moda, etc.
Espero que te interese de alguna manera estar en nuestras paginas y podamos tener contacto muy pronto.
Muchas Gracias y felicidades.
Alejandro Montoya
am.ambar@gmail.com
Publicar un comentario