No, no estoy hablando otra vez de la decisión de talar árboles para poner autopistas. No, pero de ahí precisamente sale esta idea. Me explico.
En ese debate que trate de explicar la semana pasada entre ambientalistas y administración por la decisión de reemplazar un bosque por una inmensa vía queda claro que ambas partes tiene muy buenos argumentos. De acá y allá se esgrimen pruebas y razones convincentes para sustentar cada uno su posición. Y aunque por la publicación de esas entradas en este blog pudieran dar a pensar que yo soy una especie de ecologista la verdad es que no soy especialmente dedicado a esos temas. Me preocupa y me duele, como no, el daño que se ha hecho al equilibrio natural pero no creo que sea una preocupación mayor al del promedio de las personas. Por otra parte entiendo que las razones que da en este caso la alcaldía busca entre otras cosas mejorar algunos factores económicos que mermarían la pobreza en la ciudad, solución que me parece necesaria y loable.
Y pensando en eso me acabo de dar cuenta que son muchos otros temas en los que quedo en las mismas. Por ejemplo jamás he tomado una posición clara de si me gusta Fidel Castro o no. Por un lado me parece admirable la resistencia de su gobierno contra lo que el llama ‘el imperio’ a pesar de las medidas, la mayoría injustas, que se han tomado en contra de todo un país. Pero por otro lado me parece igualmente injusto que unos cuantos decidan por millones de personas y que se reprima tan cruelmente la disensión. Total, sigo en una zona gris.
Me pasa lo mismo con la política de rescatar a los secuestrados del actual presidente del país. Me parece injusto con los secuestrados y familiares y estaría de acuerdo con intercambiar 25.000 guerrilleros si fuera necesario por un solo ser querido que tuviera retenido. No me pasa lo mismo si el secuestrado fuera yo donde ni de riesgos aceptaría que me intercambiaran por nadie. Una vez más, sigo en la zona media.
Dos más. No estoy seguro si debe existir la pena de muerte y no se con certeza si los árbitros de fútbol deban usar ayudas electrónicas en medio de un partido o no (en esto última tenía posición clara hace unos meses pero decidí volverme tibio en este tema también).
Así están las cosas ni blanco ni negro, ni frío ni caliente. La indecisión en el mejor sentido de la palabra. Y a pesar de lo mal visto por algunas personas que ven esto solo como un modo de eludir responsabilidades reclamo el derecho de no saber que elegir entre dos decisiones no por falta de interés ni de compromiso. No por ignorancia ni irresponsabilidad. Simplemente por que muchos creemos entender el mundo como una colección de momentos, intereses, acciones y elecciones muchas veces opuestas, muchas veces distintas en las que a veces es fácil tomar partido pero que en otras simplemente es mejor quedarse en la mitad.
En ese debate que trate de explicar la semana pasada entre ambientalistas y administración por la decisión de reemplazar un bosque por una inmensa vía queda claro que ambas partes tiene muy buenos argumentos. De acá y allá se esgrimen pruebas y razones convincentes para sustentar cada uno su posición. Y aunque por la publicación de esas entradas en este blog pudieran dar a pensar que yo soy una especie de ecologista la verdad es que no soy especialmente dedicado a esos temas. Me preocupa y me duele, como no, el daño que se ha hecho al equilibrio natural pero no creo que sea una preocupación mayor al del promedio de las personas. Por otra parte entiendo que las razones que da en este caso la alcaldía busca entre otras cosas mejorar algunos factores económicos que mermarían la pobreza en la ciudad, solución que me parece necesaria y loable.
Y pensando en eso me acabo de dar cuenta que son muchos otros temas en los que quedo en las mismas. Por ejemplo jamás he tomado una posición clara de si me gusta Fidel Castro o no. Por un lado me parece admirable la resistencia de su gobierno contra lo que el llama ‘el imperio’ a pesar de las medidas, la mayoría injustas, que se han tomado en contra de todo un país. Pero por otro lado me parece igualmente injusto que unos cuantos decidan por millones de personas y que se reprima tan cruelmente la disensión. Total, sigo en una zona gris.
Me pasa lo mismo con la política de rescatar a los secuestrados del actual presidente del país. Me parece injusto con los secuestrados y familiares y estaría de acuerdo con intercambiar 25.000 guerrilleros si fuera necesario por un solo ser querido que tuviera retenido. No me pasa lo mismo si el secuestrado fuera yo donde ni de riesgos aceptaría que me intercambiaran por nadie. Una vez más, sigo en la zona media.
Dos más. No estoy seguro si debe existir la pena de muerte y no se con certeza si los árbitros de fútbol deban usar ayudas electrónicas en medio de un partido o no (en esto última tenía posición clara hace unos meses pero decidí volverme tibio en este tema también).
Así están las cosas ni blanco ni negro, ni frío ni caliente. La indecisión en el mejor sentido de la palabra. Y a pesar de lo mal visto por algunas personas que ven esto solo como un modo de eludir responsabilidades reclamo el derecho de no saber que elegir entre dos decisiones no por falta de interés ni de compromiso. No por ignorancia ni irresponsabilidad. Simplemente por que muchos creemos entender el mundo como una colección de momentos, intereses, acciones y elecciones muchas veces opuestas, muchas veces distintas en las que a veces es fácil tomar partido pero que en otras simplemente es mejor quedarse en la mitad.
3 comentarios:
Para tomar buen partido es necesario tener buena información y varios elementos de juicio.
No siempre es fácil porque los dilemas abundan.
Saludo cordial
A veces pienso lo mismo, que ser parte de la mitad, de lo imparcial cobra más sentido que el sentido mismo de cualquier razón orientada hacia uno de los lados. Sin embargo, creo que siempre tenemos una tendencia, una inclinación más fuerte hacia algo.
Este post me recuerda la vieja pregunta que me hice luego de que una amiga, en el colegio, me dijo que era liberal y que su familia lo era. Yo me puse a examinar, porque nunca tuve la necesidad de definir mi posición en ese asunto, y me encontré con que la familia de mi papá es conservadora y la de mi mamá es liberal y que eso en el tiempo en que estaban jóvenes tenía un montón de implicaciones de tipo social, moral, etc.
Luego de detenerme, elegí la corriente liberal, ojo, no el partido liberal, que es sino una organización más que contribuye a la mirada tradicional de las cosas en un país perjudido por la corrupción.
Creo que el pensamiento liberal va más allá de la filiación política, tiene sus raíces en la mirada, en la crítica, y sobre todo, en tener disposición para el cambio.
Saludos
Es necesario en realidad tener una posición respecto a todo, por más importante que sea? Es decir, una cosa es estar en la ignorancia respecto a un tema, la otra es escgrimir los argumentos de ambas partes y saber reconocer que cada lado tiene una motivación y no poder escoger, no porque uno no sepa, sino porque falta tener un vínculo emocional con la decisión.
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